domingo, 14 de julio de 2019

AMAR ES DIFÍCIL


Qué bonita ilustración. Se me antojo comentarla.



AMAR ES DIFÍCIL

Amar es difícil, por supuesto, colocar su semilla en el corazón, hoy día es todo un reto o desafío, produce miedo. Por otra parte, el propio terreno puede no ser propicio, así como el tiempo, el adecuado y, por supuesto, el sujeto de nuestro anhelo, el correcto.  Conspiran contra su posibilidad, realización y consolidación machos fenómenos culturales, una psique cada vez más compleja y enferma, que crea sujetos endebles y frágiles, incapaces de sobrevivir a los retos y desafíos que se plantean a la vida amorosa; la sofisticación de los egos, que hacen colocar entre los individuos una serie de obstáculos e impedimentos absurdos e innecesarios, que relativizan el valor de la persona sobre sus atributos y cualidades; la propia idea del amor, cada vez más ficticia y menos humana, que lo plantea irrealizable, provocando frustración y sufrimiento.


PORQUE ADEMAS DE DISFRUTARLO…

Muchos piensan que el amor es algo que se alcanza o consigue y por cuanto se aseguran y convencen de que aman y son amados, no habría para ellos más que deleitarse en él y gozarse de sus frutos.


HAY QUE SUFRIRLO…

Pero está demostrado en laboratorio que el amor es la cosa más inestable y volátil de la naturaleza. El amor puede decaer, enfermar, verse afectado y alterado por causas internas o por eventos externos. A fin de cuentas es una realidad humana que dice sobre nuestra inconsistencia, inconstancia e inestabilidad, no exenta de los accidentes del ambiente. Cuando entre los enamorados se presenta la adversidad o se revela simplemente complejidad del otro, no pocas veces, muere prematuramente el querer y/o decepcionados  por el otro revelado, se engendra la desilusión que configura el fracaso en un futuro muy próximo. La concepción ordinaria del amor, que lo convierte en un objeto, hace al hombre corretearle, pero exigente por la perfección concebida, no le satisface, ni le llena y ahí donde el verdadero amor daría vida, éste se la quita o marchita. Porque el hombre no posee el amor, sino que participa de él.



HAY QUE DEDICAR TIEMPO…

No pocas personas dedican tiempo al sujeto de su amor, pero con la convicción de un inversionista. Suele decirse: yo no lo voy a amar hasta no estar segura/o de que él/ella me ama. Quien piensa así no suele darse cuenta de que el tiempo dedicado, que las interacciones más sencillas que implican “competirse” al dejarse convencer por otro, son parte ya del amor. Evidentemente no las identifican con amor porque lo poco que dan, esta previamente deliberado y calculado, como el inversor que analiza los índices económicos; arriesgando poco y especulando sobre los altos rendimientos a conseguir. Los cuidados y la solicitud con la que se protege y pretende hacer crecer y hacer madurar el amor, son el amor mismo, puesto que no se llega al amor ¡sino amando!


HAY QUE SER PACIENTES…

El amor es totalmente dinámico y no permite descansar. Quién se relaja y se sienta a mirarlo está perdido. El amor no se contempla y ni solo se disfruta como algo conseguido. Si el amor es un acto de la voluntad, la paciencia sería la voluntad de perseverar a pesar de adversidad, contradicciones, decepciones y eventos trágicos de lo contingente en corazón humano y en el mundo. Sería activa como expresión del amor verdaderamente profundo y maduro.



Y PRUDENTES…

Cuando la semilla del amor comienza a germinar, se la puede ahogar. Por cuestiones psicológicas o de inmadurez las personas pueden precipitarse y desbordarse, aún más darse sin leer y medir la justa correspondencia. En primer lugar la posibilidad de amor entre dos enamorados, es un proceso complejo que involucra todos los aspectos de la persona y por eso requiere profundo conocimiento, descubrimiento de la complementariedad compenetración e intimidad y, por supuesto, los sentimientos que desde el comienzo del emparejamiento hasta su clímax crean una forma muy particular de experimentarlos, por eso adelantar, forzar o saltarse faces puede poner todo en peligro. En segundo lugar, el amor exige la reciprocidad en el más justo equilibrio, una relación descompensada genera dinámicas malsanas y destructivas, ahí donde la necesidad de límites, que no hay, hace que unos se aprovechen de otros o en su defecto, les acostumbren solo a recibir.  


Y APRENDER EN EL CAMINO…

Evidentemente, si el amor es un proceso, como experiencia viva y dinámica produce aprendizaje, cada experiencia que lo fortalece, que lo hace crecer y las resoluciones y/o decisiones que lo hacen superar los obstáculos, si son bien interiorizadas lo harán fecundo. El amor sabio y profundo es producto de esos aprendizajes. Esto es así porque el amor se configura en seres humanos no acabados que emprenden un camino que los lleve a un lugar que, aunque determinado por ambos, es difícil de trazar y prever en su itinerario.


Por último, leemos: LO GRATIFICANTE QUE ES.. AMAR

Aquí el autor pareciera dar a entender que el amor comienza después de un proceso o después de haber superado ciertas etapas y haber tenido ciertas actitudes hacia el objeto del amor. Tal vez no se da cuenta que todo eso es el amor. Desde que nace un interés y nos abrimos a la posibilidad se engendra un deseo, un cariño que en pañales solo necesita ser “llevado”, y esto es tan valioso y necesario como como lo que se vive en el concretado, que no por ello terminado.  

David V. 

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