Qué bonita
ilustración. Se me antojo comentarla.
AMAR ES
DIFÍCIL
Amar es difícil, por supuesto, colocar su
semilla en el corazón, hoy día es todo un reto o desafío, produce miedo. Por otra parte, el
propio terreno puede no ser propicio, así como el tiempo, el adecuado y, por
supuesto, el sujeto de nuestro anhelo, el correcto. Conspiran contra su posibilidad, realización
y consolidación machos fenómenos culturales, una psique cada vez más compleja y
enferma, que crea sujetos endebles y frágiles, incapaces de sobrevivir a los
retos y desafíos que se plantean a la vida amorosa; la sofisticación de los
egos, que hacen colocar entre los individuos una serie de obstáculos e
impedimentos absurdos e innecesarios, que relativizan el valor de la persona
sobre sus atributos y cualidades; la propia idea del amor, cada vez más ficticia y menos
humana, que lo plantea irrealizable, provocando frustración y sufrimiento.
PORQUE ADEMAS DE DISFRUTARLO…
Muchos piensan que el amor es algo que se
alcanza o consigue y por cuanto se aseguran y convencen de que aman y son amados, no habría para
ellos más que deleitarse en él y gozarse de sus frutos.
HAY QUE SUFRIRLO…
Pero está demostrado en laboratorio que el amor
es la cosa más inestable y volátil de la naturaleza. El amor puede decaer,
enfermar, verse afectado y alterado por causas internas o por eventos externos.
A fin de cuentas es una realidad humana que dice sobre nuestra inconsistencia,
inconstancia e inestabilidad, no exenta de los accidentes del ambiente. Cuando
entre los enamorados se presenta la adversidad o se revela simplemente
complejidad del otro, no pocas veces, muere prematuramente el querer y/o decepcionados
por el otro revelado, se engendra la
desilusión que configura el fracaso en un futuro muy próximo. La concepción ordinaria del
amor, que lo convierte en un objeto, hace al hombre corretearle, pero exigente
por la perfección concebida, no le satisface, ni le llena y ahí donde el
verdadero amor daría vida, éste se la quita o marchita. Porque el hombre no
posee el amor, sino que participa de él.
HAY QUE DEDICAR TIEMPO…
No pocas personas dedican tiempo al sujeto de
su amor, pero con la convicción de un inversionista. Suele decirse: yo no lo
voy a amar hasta no estar segura/o de que él/ella me ama. Quien piensa así no suele
darse cuenta de que el tiempo dedicado, que las interacciones más sencillas que
implican “competirse” al dejarse convencer por otro, son parte ya del amor.
Evidentemente no las identifican con amor porque lo poco que dan, esta
previamente deliberado y calculado, como el inversor que analiza los índices
económicos; arriesgando poco y especulando sobre los altos rendimientos a conseguir.
Los cuidados y la solicitud con la que se protege y pretende hacer crecer y hacer
madurar el amor, son el amor mismo, puesto que no se llega al amor ¡sino
amando!
HAY QUE SER PACIENTES…
El amor es totalmente dinámico y no permite descansar. Quién se relaja y se sienta a mirarlo está perdido.
El amor no se contempla y ni solo se disfruta como algo conseguido. Si el amor es un acto de la
voluntad, la paciencia sería la voluntad de perseverar a pesar de adversidad, contradicciones, decepciones y eventos
trágicos de lo contingente en corazón humano y en el mundo. Sería activa como
expresión del amor verdaderamente profundo y maduro.
Y PRUDENTES…
Cuando la semilla del amor comienza a germinar,
se la puede ahogar. Por cuestiones psicológicas o de inmadurez las personas
pueden precipitarse y desbordarse, aún más darse sin leer y medir la justa
correspondencia. En primer lugar la posibilidad de amor entre dos enamorados, es
un proceso complejo que involucra todos los aspectos de la persona y por eso
requiere profundo conocimiento, descubrimiento de la complementariedad
compenetración e intimidad y, por supuesto, los sentimientos que desde el
comienzo del emparejamiento hasta su clímax crean una forma muy particular de
experimentarlos, por eso adelantar, forzar o saltarse faces puede poner todo en
peligro. En segundo lugar, el amor exige la reciprocidad en el más justo
equilibrio, una relación descompensada genera dinámicas malsanas y destructivas, ahí donde la necesidad de límites, que no hay, hace que unos se aprovechen de otros o en su
defecto, les acostumbren solo a recibir.
Y APRENDER EN EL CAMINO…
Evidentemente, si el amor es un proceso, como experiencia
viva y dinámica produce aprendizaje, cada experiencia que lo fortalece, que lo
hace crecer y las resoluciones y/o decisiones que lo hacen superar los obstáculos,
si son bien interiorizadas lo harán fecundo. El amor sabio y profundo es
producto de esos aprendizajes. Esto es así porque el amor se configura en seres
humanos no acabados que emprenden un camino que los lleve a un lugar que,
aunque determinado por ambos, es difícil de trazar y prever en su itinerario.
Por último, leemos: LO GRATIFICANTE QUE ES..
AMAR
Aquí el autor pareciera dar a entender que el
amor comienza después de un proceso o después de haber superado ciertas etapas
y haber tenido ciertas actitudes hacia el objeto del amor. Tal vez no se da cuenta
que todo eso es el amor. Desde que nace un interés y nos abrimos a la
posibilidad se engendra un deseo, un cariño que en pañales solo necesita ser “llevado”,
y esto es tan valioso y necesario como como lo que se vive en el concretado,
que no por ello terminado.
David V.
No hay comentarios:
Publicar un comentario